Peña Nieto
busca tener el control de una camarilla en el sindicato que sea más dócil y afín
a sus intereses; y por otro, avanzar en el combate contra la escuela pública
mediante la reforma educativa.
La imposición de Juan Díaz
de la Torre al frente del SNTE evidencia el siniestro retorno del PRI, en el que el
poder del Estado encumbra y hace caer a un dirigente.
El
encarcelamiento de Elba Esther Gordillo Morales no es un acto de justicia y
mucho menos la pretensión del gobierno de defender los intereses de los
trabajadores de la educación.
Peña
Nieto busca tener el control de una camarilla en el sindicato que sea más dócil
y afín a sus intereses; y por otro, avanzar en el combate contra la escuela
pública mediante la reforma educativa, que es el problema de fondo.
Así, el
golpe contra la ex lideresa del sindicato revela que el poder estatal ha
ajustado cuentas con el método de los sicarios políticos. Así se arreglan entre
las mafias.
No es descartable que Díaz
de la Torre esté a la cabeza de la organización sindical, con la condición
gubernamental de ser cómplice del exterminio del poder sindical de Elba Esther. Los institucionales saben que si
no se someten, podrían tener el mismo destino judicial que su ex jefa.
De tal modo
que la caída de Gordillo Morales no
cambiará la vida sindical. Sin embargo, el riesgo que se corre es que el
gobierno inaugure un proceso de persecución y represión contra el magisterio
democrático.
César
Navarro.
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