Frivolidad que insulta
La
prepotencia y la impunidad, vestidas con el ropaje de la frivolidad, se
constituyen en una de las nuevas plagas del país y vienen de la mano de los
hijos de los oligarcas de viejo y nuevo cuño. Los júniores del poder político y
económico son huéspedes frecuentes de las llamadas revistas del corazón, pero
también sus andanzas son ampliamente ventiladas en las redes sociales. En esos
medios exhiben su insultante riqueza –de origen difícil de justificar– y
también sus trapacerías, que así son sometidas al inmediato juicio popular.
Como
si se tratara de una nobleza a la mexicana, quienes forman parte de los clanes
del poder provienen de grupos elitistas de diverso signo. Los vástagos de la
clase política se juntan, se emparientan, se asocian. Y además compiten por
las portadas de las llamadas revistas del corazón.
Pero toda
esa frivolidad, todo este usufructo de riquezas y prebendas adquiridas les
comienzan a pasar la factura: Las redes sociales hacen eco de sus excesos,
lujos y arbitrariedades.
En lo que
va del gobierno de Enrique Peña Nieto, la mala conducta de los júniores y sus
resonancias en las redes sociales ya ocasionaron la destitución de un
funcionario y un posicionamiento de la PGR.
El pasado
26 de abril Andrea Benítez, hija de Humberto Benítez
Treviño, entonces titular de la Profeco hizo un berrinche: Molesta porque en el restaurante Maximo Bistrot no le
asignaron la mesa que deseaba, ordenó a inspectores de la dependencia que
encabezaba su papá que clausuraran el lugar.
La
hija del director del Centro de Información y Seguridad Nacional (Cisen), Eugenio Ímaz Gispert, denunció en las redes sociales que el nieto del titular de la
PGR, Jesús Murillo Karam, le había propinado una golpiza.
El lunes
20 Alexia Ímaz publicó en Twitter varias fotografías: En dos de ellas su ojo
derecho mostraba un severo hematoma; en la parte superior, la imagen de Gerardo
Saade Murillo, el agresor.
El miércoles
22 el diario Reforma dio a conocer que Alexia Ímaz acudió al Ministerio Público
el día de los hechos, pero ya en el lugar se desistió de hacer la denuncia.
Como en
el caso de la golpiza propinada a Alexia Ímaz, son los propios hijos de los
poderosos quienes desatan escándalos por lo que dicen y publican en sus cuentas
de Twitter y Facebook.
Desde la
precampaña de Peña Nieto su hija Paulina desató
el escándalo #soyprole.
La hija
del hoy presidente tuvo el mal tino de retuitear el mensaje clasista y
discriminatorio que escribió su novio José Luis Torre, a propósito de las
críticas a Peña Nieto: “Un saludo a toda la bola de
pendejos, que forman parte de la prole y solo critican a quien envidian (sic)”.
Sofía
Castro, hija de Angélica Rivera, desató otro escándalo en noviembre pasado
cuando declaró a Gente, suplemento del diario Reforma, que usaba zapatos de 15
mil pesos.
Otra
nobleza se ha configurado en el ámbito sindical, que tiene como caso
paradigmático el de los hijos del dirigente del
sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps.
Paulina
Romero en Facebook publicó su “diario de viajes”. Viajes alrededor del mundo en
vuelos comerciales y privados, acompañada de sus tres mascotas. Comidas en
exclusivos restaurantes rociadas con champaña y vinos Vega Sicilia. Como una
muestra de su guardarropa presumió sus bolsos Hermes de 12 mil dólares, a los
que ella se refirió como “sus bolsas de Superama”.
El pasado
23 de febrero Proceso dio a conocer que Romero
Deschamps regaló a su hijo José Carlos un Ferrari de edición limitada valuado
en dos millones de dólares y Reforma pudo documentar que posee dos
departamentos con valor de 7.5 millones de dólares en Miami, Florida.
Jorge
Kahwagi, boxeador,
personaje de la farándula, político e hijo del
empresario del mismo nombre mantiene un pleito con el empresario textil Alfredo
Karam, propietario también de Préstamos Karam quien
en 1999 le prestó un millón y medio de pesos para que pagara una deuda
que tenía con Alejandro Peralta.
Cuando
intentó cobrar, Karam fue brutalmente golpeado por el boxeador.
El 6 de
mayo Kahwagi ya estaba metido en otro lío: Un hombre lo
acusó de golpear a su hija, quien supuestamente mantiene una relación
sentimental con el pugilista.
Jorge Emilio González
Martínez, el Niño Verde, en 2001 heredó de su papá un partido político:
el PVEM. En 2004 se vio implicado en un videoescándalo
en el que se le mostraba recibiendo un soborno para ayudar a liberar una zona
natural en Cancún protegida por leyes ambientales.
Años
después, en 2011, se le implicó en la muerte de Galina
Chankova, una joven que cayó desde el piso 19 de un edificio que
supuestamente le pertenece. Su escándalo más reciente el pasado 17 de febrero cuando lo detuvieron por conducir en estado de
ebriedad y lo encerraron durante unas horas, hasta que sus abogados
tramitaron un amparo.
Con información de Arturo
Rodríguez García. Proceso 1908. 2013-05-25