En México hay una progresiva y
paulatina entrega de la conducción de la educación al sector privado, el cual
ahora tiene una injerencia que nunca tuvo el SNTE, señala el investigador Hugo
Aboites Aguilar.
El origen del actual conflicto se inicia en 1979 por
la democracia sindical cuando surge la Coordinadora Nacional de Trabajadores de
la Educación (CNTE). La democracia y el salario fueron los dos ejes
fundamentales de la movilización magisterial y así comenzó a darse una
separación de la visión oficial respecto de la educación.
Esta separación se agravó en los
años 80 y 90, cuando empieza a llegar la onda neoliberal y cambia radicalmente
el sentido de la educación mexicana, que había sido popular, crítica,
científica y nacionalista, a una visión como la conocemos ahora: tecnocrática,
orientada a la mercantilización y la privatización. Una educación para formar
capital humano.
Esta separación se ha venido
agrandando, de tal manera que en 2008 los maestros comienzan a plantear otra
visión de la educación, ya no sólo referente a lo laboral. Con la Alianza por
la Calidad de la Educación (ACE) empieza una etapa nueva porque los maestros
hacen propuestas desde las secciones mismas. Y esta división es radicalmente
profunda con la modificación constitucional, algo que no habíamos visto en 30
años.
En la década de los 30 y 40 del
siglo XX había congresos muy importantes en los que se discutían las líneas
generales. Incluso en el porfiriato había una participación magisterial muy
importante, misma que ya no se respeta. Ahora los profesores son considerados como
empleados, meros operadores de planes de estudio que tienen que acatar órdenes,
ya no son catalogados como profesionistas. Eso va en contra de la dignidad del
magisterio mismo. La evaluación que se plantea los obliga a ceñirse a Enlace y
Pisa. En ese sentido, han perdido autonomía profesional.
Otro aspecto de la reforma
educativa al que se oponen los maestros es la cuestión laboral, porque los
declara en estado de excepción al decir que se va a reglamentar el ingreso,
promoción, reconocimiento y permanencia en una ley general de educación, algo
que no corresponde al artículo tercero especificar, porque es materia del
artículo 123.
Ahora se observa con mayor
frecuencia la participación de organismos empresariales, como la Coparmex, en
la discusión y diseño de la política educativa. Es la culminación de otro
proceso, que comenzó en 1988, cuando el Instituto de Proposiciones Estratégicas
del Sector Privado planteó una propuesta de agenda de cambios que deberían
realizarse, y en el sexenio de Salinas de Gortari estos cambios, como la
descentralización y la reforma al tercero constitucional, se llevaron a cabo.
En 1990 se firma un acuerdo mediante el cual el sector privado podrá dirigir
instituciones públicas que son llamadas universidades tecnológicas. En 1994 se
abre la puerta a la inversión privada en educación con el Tratado de Libre
Comercio.
En 1996 México se incorpora a la
OCDE, representante de los intereses empresariales a escala mundial, la cual
hace una evaluación y una serie de recomendaciones obligatorias al gobierno
mexicano. En 2000 Vicente Fox lanza el Compromiso por la Calidad e invita a
participar a Televisa y a otros sectores privados, incluyendo a la Asociación
de Padres de Familia, de corte derechista. En el sexenio de Felipe Calderón se
crean los créditos para que los estudiantes mexicanos puedan pagar las
colegiaturas de las escuelas privadas, créditos con recursos públicos.
Con información de Arturo Jiménez. “Progresiva
entrega del liderazgo educativo a la IP: Hugo Aboites” en La Jornada. 7 de
abril de 2013, p. 10.
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